Translated by Emmanuel Diaz

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Por sus alegaciones de baja liquidez financiera, problemas pagando pensiones, un pronóstico fiscal incierto, entre otros factores, le han ganado a Richmond un puesto en la lista de posibles ciudades de alto riesgo del Auditor Estatal.

Esta novedad es la última noticio financiera preocupante para la ciudad; en julio su calificación crediticia fue reducida por Moody’s Investor Services y ha sido criticado en los medios por su dirección financiera.

Un lugar en esta lista no es aviso de muerte—a contrario, podría ayudar a guiar a la ciudad de sus problemas fiscales.

“Había muchas ciudades y agencias gubernamentales por todo California enfrentando desafíos financieros,” explica Margarita Fernández, portavoz de la oficina del auditor estatal, la razón por la creación de la lista. “El objetivo fue identificar las agencias que estaban enfrentando grandes dificultades fiscales para intentar de evitar algo de lo que sucedía.”

Aprobado por legislatura estatal en julio de este año, el programa de Gobiernos Locales de Alto Riesgo se formó para identificar ciudades en el estado a riesgo de mal manejo financiero. La oficina del auditor estatal después llevará a cabo auditorías en selectas ciudades identificadas, harán público sus conclusiones, y determinarán si las municipales han hecho las correcciones necesarias a sus operaciones.

Los factores que determinan el riesgo potencial oscilan de fraude y abuso, a eficiencia y eficacia. Tras el estudio de información pública como informes financieros y análisis previos, entre 450 ciudades evaluados, el auditor estatal identificó seis ciudades potencialmente de alto riesgo.

Acompañando a Richmond en la lista son Chico, Hemet, Monrovia, Maywood, y Ridgecrest. Cada ciudad fue clasificada ‘pobre’ o ‘adecuado’ en cinco categorías: su pronóstico fiscal, capacidad de responder a una emergencia financiera, habilidad de pagar a corto plazo, pagar obligaciones de los jubilados, y capacidad de aumentar sus ingresos. 

De las seis ciudades, solamente Richmond y Maywood fueron considerados ‘pobres’ en cada categoría. Las dos ciudades, y la ciudad de Hemet, son recomendadas por la oficina estatal para auditorías.

“La ciudad tenía déficits presupuestarios, cambios en fuentes de ingresos primarios, altos niveles de horas suplementarias para los bomberos y la policía, y grandes cantidades de pasivos que fueron necesariamente financiados,” explica Fernández la razón por la cual Richmond se encuentra en la lista. 

La Comisión de Auditoría Legislativa, que lleva a cabo el estudio de las finanzas de la ciudad en nombre del programa de Gobiernos Locales de Alto Riesgo, le ha pedido a la ciudad un informe del plan para abordar el problema financiero para el fin del año. Incluido en el informe se espera información sobre la capacidad de Richmond de disminuir el alto uso de horas suplementarias en los departamentos de bomberos y policía, aumentar la liquidez, y estabilizar las fuentes financieras, entre otros problemas.

Auditores estatales ya prevén llevar a cabo una auditoría en Richmond.

Tal medida desencadenaría un proceso de manejo fiscal bajo grande escrutinio del estado. El estado requeriría evaluaciones regulares para asegurar que la ciudad este siguiendo sus recomendaciones. Falta de seguir los consejos de los auditores podría llegar a audiencias legislativas para la ciudad.

“El hecho que estén buscando una auditoría es sorprendente, ya que eso no fue lo último que nos dijeron,” dice el administrador municipal Bill Lindsay.

En septiembre de este año, la Oficina del Controlador del Estado de California le informó a la ciudad de su intención de realizar una auditoría de la ciudad basado en el análisis del controlador estatal de las finanzas de la ciudad. Pero el manejador municipal y la  directora de finanzas Belinda Warner rebatieron el análisis en una junto con la Oficina del Controlador.

“Hicieron un pésimo análisis de lo que le presentamos, y no sé otra manera de decirlo,” dice Lindsay.

El administrador municipal espera poder mostrarles a los auditores estatales lo que él cree que es una mejor situación financiero de Richmond.

“Lo único a que objeto es que esta comisión toma nuestro tiempo, y supongo que haciendo esto en dirección de la legislatura no es algo que se pasa el costo a nosotros.” 

El precio original para la auditoría propuesta en septiembre fue más de $100,000—un gasto que no cabe en el presupuesto ajustado de Richmond, dice Lindsay.

La ciudad fue muy criticada por su manejo de contratiempos financieros, y un reciente editorial en el Contra Costa Times llamó la renovación del contrato del administrador de la ciudad ‘irresponsable’ a la luz de su gestión fiscal.

“No puedo controlar el escrutinio de un modo o del otro,” dice Lindsay. Escribirán lo que escriben e ignorarán lo que quieren ignorar.”

“Hablando de asuntos fiscales, no quiero descartar que la salud de la ciudad es de suma importancia,” dice el administrador municipal. “Hace varios años hubo una decisión consciente de utilizar nuestras reservas para equilibrar el presupuesto. No era nada sostenible.”

Hoy, sin embargo, el administrador municipal ve los cielos del pronóstico financiero de más claros, con la ciudad en camino para equilibradas en el año fiscal de 2015-16.

Aún no queda claro como los auditores estatales percibirán los desempeños fiscales de la ciudad.

“Es lo que es,” dice Lindsay sobre el proceso de auditoría. “Les proveeremos la información y les ayudaremos a entenderlo, y esperamos que sus conclusiones sean a base de la información y no conjeturas.”

Trabajar con la Oficina del Auditor del Estado es sólo el último obstáculo que la ciudad tendrá que saltar en su camino hacia estabilidad financiera a largo plazo. Con el reciente descenso crediticio y sin plan fiscal de largo plazo, espectadores mantienen ojo en la gestión fiscal de Richmond.

Photo: Sacramento Business Journal